Foto N° 2 – Jobito Castañeda

“Yo con mi amigo corrimos hacia la escalera, y toda la gente corrió hacia la escalera, pero como nosotros éramos chicos nos apretujaron. Y lo que pasó es igual que si usted toma una barra de jabón húmedo y la aprieta con sus dos manos, el jabón resbala hacia arriba, a nosotros nos pasó lo mismo y nos fuimos por encima de las cabezas de la gente hasta el segundo piso. Ahí había un descanso y ahí caímos, y más encima nos cayó gente encima, no podíamos salir, traté de salir por un lado y no podía porque la gente estaba encima. En ese minuto, en mi cabeza, me vinieron imágenes de todo lo que yo había vivido, de lo poco que había vivido, se cruzó en mi cabeza como una sinopsis. Así en segundos, todo lo poco que había vivido. Y yo decía “chuta, tan chico y ya voy a morir, no alcancé a vivir más”, pero de repente me pude zafar y corrí escalera abajo, pero saltaba de a tres, cuatro, cinco escalones. Me acuerdo que en la escala había zapatos, había carteras, había gorro, había de todo. Nadie se detenía a recogerlos. Llegué al primer piso, y miré para todos lados, había gritos por todos lados, que el Hospital Regional se había mandado abajo, yo corrí a mirar hasta el regimiento, pero de lejos no vi nada así que me volví. Cuando me volví por la Plazuela Berlín iba pasando un camión de carabineros sin baranda, con heridos y la gente gritaba y gritaba, y me devolví por Calle Picarte hacia mi casa, hacia San Martín. Cuando bajé en San Martín con 12 de Febrero en toda la esquina, habían reunido como quince personas, hombres y mujeres, llorando, gritando y clamando a Dios, arrodillados pidiendo perdón. Luego seguí por 12 de Febrero y bajé por Hettich a mi casa, y encontré a toda mi familia en el patio de mi casa.”

 

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